Los 80

Recuerdo que había otro juego en el que se formaban 2 filas de personas, y entre ellas tenía que pasar uno lentamente. La gente de las dos filas tenía que hacerse el inmovil, y el que pasaba no podía verte mover. El objetivo era pegarle manotazos en el cogote al que iba pasando. Era gracioso, le pegabas un piñazo y te quedabas inmovil, y el que pasaba lo único que podía hacer era cagarse en tus muertos. Era la hostia ese juego. Siempre acababa la cosa en pelea.

Creo que por aquí lo llamabamos la mosca. Un pobre infeliz tenía que pasar por el pasillo mientras el resto le iban pegando collejas (quien dice collejas dice ostias en la cabeza) procurando pasar inadvertidos. Si la victima pillaba a alguno, ese tenía que hacer el pasillo pero... pobre de él si se equivocaba y acusaba a alguno que no era porque entonces le tocaba hacer el "pasillito", que no era otra cosa sino que cruzar el pasillo lo más rápido posible soportando todos los mamporros que el resto le iban dando. Alguno de nosotros llegó a salir volando porque algun cabrón ponía hasta zancadillas

QUE BRUTOS QUE ERAMOS LECHE!!!

En mi barrio era exactamente como cuenta Psikox, si te equivocabas de tio te tocaba pasar por el purgatorio, noralmente pasabas a todas hostia con las manos sobre la cabeza pero había quién se tiraba en plancha.

El juego se llamaba simplemente "hacer un pasillo"

¡¡¡sí sí!!! Era así. No me acordaba de aquello. Las hostias que se pegaban a mala leche cuando pasaba el tío corriendo eran de escándalo.

Yo la verdad es que nunca quise jugar a ese juego

Y sí, creo que aquí también lo llamábamos La Mosca.


Ah... ¿y qué me decís de jugar al A,E,I,O,U?
Nosotros haciamos unos bolones enormes con papel aluminio de núcleo, luego lo enrollábamos con papel, y la última capa era con cinta adhesiva. Jugábamos a lo salvaje, y al que le tocaba la U, le caían capones por todos lados.

Si, si, al que dice Staryon también jugaba yo. Pero con una variante, el que perdía tenía que salir corriendo para tocar un arbol que estaba en el otro extremo del patio y mientras los demás le perseguían y le mazaban a collejas. Ademaś si en vez de golpearte la bola, la cazabas al vuelo con las manos, el que recibía las collejas era el que la había golpeado en último lugar.

Y una variante más dinámica era el "pim, pam, fuego", y gual que el "a,e,i,o,u" pero sólo a tres toques.

Madre mía que carreras por el patio, aquello si que era hacer deporte.

Por aquí se llamaba 1-X-2 (sí como las quinielas ) y si alguno la pillaba al vuelo en el 2 creo que lo llamabamos "aire" y entonces el que "pillaba" era el que tiró el "2".

Otra salvajada más... esto más que un juego era un castigo (en realidad todos estos juegos eran castigos sobre todo para el que lso sufria jijiji). No me acuerdo exactamente como era pero se llamaba "Punto, Coma y la patá de la Paloma" creo recordar que el punto era clavarle al que fuera los nudillos en la espalda, la coma podía ser una sardineta en el culo ¿? y la patá de la paloma era un patadón en el culo.

Como digo no era un juego en sí sino una especie de castigo por hacer algo mal en otro juego.

Otros juegos eran las típicas variantes del escondite como el "Despite 5 pasos" o algo así... joder... como es que de niño tenía energía para hacer tantas cosas y ahora no tengo ni ganas ni fuerzas ni pa salir corriendo detrás del autobus???

TAMOS VIEJOS SEÑORES!!!

hostiaaaaaaa..... el punto, coma.... ¡cómo me acuerdo!

Es verdad, era un castigo. Recuerdo que cuando alguien hacía algo malo, uno saltaba "¡Punto y coma!", y de pronto toda la peña gritando lo mismo.
La pobre víctima diciendo: ¡¡no!! ¡no! ... y cuando intentaba huir, se le perseguía y recibía su castigo.

Hay que ver que uno piensa que ha olvidado todas esas cosas, y de pronto alguien las dice (como ahora PsikoX) y lo vuelves a recordar. Es decir, nada se ha olvidado, los recuerdos siguen ahí esperando a ser despertados.

jejeje entonces el castigo era así? o sea, los nudillos en la espalda, la sardineta en el culo y la patada en donde se pillara?

Joder... me he acordado cada vez que ganabamos algun partidillo por goleada que nos pasabamos to el camino de vuelta cantando: "Niiiiii unoooooooooooooooo, niiiiiiiii dooooooooooooooosssssssss, Niiiii treeeeeeeeeeeesssssssssssssss sinooooooooooo cuatro aaaaaaaaaaaaa ceeeeeeeeeeeeeeerooooooooo !!!"

Gracias a este hilo estoy empezando a tener complejo de Peter Pan... quiero volver a ser niño y no crecer... todo era más fácil... si hacias algo mal pues te daban un azote (en casa) o una buena ostia (en la calle), no te amenzaban con meterte en la calle o te mandaban cartas del RAI por moroso ni tenía que aguantar a un jefe cabrón... como mucho solo tenías que cachondearte del profesor tontito o de la profesora pija


EDITO: Puede ser que el punto en lugar de los nudillos, fuera con el codo en la espalda de la victima??? se me acab de venir a la cabeza jijiji

Yo creo que el punto eran los nudillos, y la coma el codo. Y luego la patada en el culo

Por cierto, ¿ahí en Sevilla, cuando ibáis a jugar al futbol, por ejemplo, y sorteábais los equipos, cómo llamábais a los últimos que nunca habían jugado antes y los metíais para hacer bulto?
Nosotros les decíamos "cascarillas". La típica conversación era: - ¡Oye! Pero vosotros sois uno más. Y el otro dice: - Sí, pero éste es cascarilla.
Y ahí, el pobre chaval mirando con cara de pena.

jajajaja.... cómo me acuerdo.

Pues casi seguro que sí Staryon, casi seguro que el punto era los nudillos y la coma el codo jijiji.

Por aquí que no recuerde no teníamos un nombre específicos pa los malillos... calientabanquillos... troncos... nu se

Cuando había alguno malo en el otro equipo solíamos decir algo así como "a ese no lo cubras que ya se cubre el solo".

He de reconocer que en el colegio yo era un calientabanquillos y que las dos o tres medallas que me dieron las gané sin pegarle una "patá" al balón... vamos que ni jugué un partido jijiji.

Los mu gilipollas no sabían que en mi barrio era el terror de los delanteros... "patás" al balón no solía pegar muchas pero en las espinillas como que me jartaba ... no es que fuera malo... es que era un incomprendido jijiji.

Me acuerdo un partido en el primer año de instituto en clase de futbol (lease educación física)... en el que cuando se sortearon los equipos en el nuestro sobraba uno, y el graciosio/chulito de turno soltó algo así como: "Quedaros vostros al Edu (yo) que con lo malo que es mejor pa vosotros"... total que yo calladito me fuí para la competencia... alma inocente... la de patas que le pegué jijiji... no pilló bola en to el partido . Cuando termino el partido me fuí pa el y le dije que sí que yo era mu malo jajaja, me contestó que cualquiera puede tener suerte, mientras se alejaba cojeando jejeje.

Normalmente solíamos jugar siempre los mismos en el equipo de nuestro barrio y luego ibamos retando a otros barrios y/o plazuelas. Vamos que no solíamos tener suplentes.

Yo he sido un calientabanquillos toda mi niñez, bueno, no, no he calentado nunca un banquillo. Simplemente nunca he jugado al fúmbol. Quizás alguna vez en el recreo. Y qué becerros. Con la calor yo llevaba unas chanclas de esas tipo romano. Se jugaba con una lata de zumos, que ya no existen (ahora son tetra bricks). Y cada vez que le arreaba una patá a la lata se me ponía el deo gordo como el pitraco de Ron Jeremy.

En el cole, en aquellos años, más bien a finales de los 70, recuerdo que en clase había que rezar no recuerdo si al entrar o al salir, y al salir había que recoger la silla y subirla encima de la mesa para que luego las limpiadoras pudieran fregar el suelo. Y rezaba a pesar de que el colegio era público, y mis padres habían prohibido al colegio que me dieran religión (en su lugar me ponían en última fila a hacer poblemas de matemáticas)

Por eso ahora soy un ateo practicante. DE chico, ya a principios de los 80, me hice amigo de un monaguillo (de nombre Javier, alias el Capó por la cabeza tan grande que tenía) y con él una vez entramos a mangar galletas consagradas de esas, jiji, y luego en la escalera de mi piso jugábamos a hacer misas.

EDITO: Staryon, me han gustado mucho tus anésdotas, jiji, éramos muy parecidos...